3 de enero de 2007

Y seguimos!


NUEVA AMENAZA PARA AISEN:ENDESA PROPONE CONSTRUIR CUATROGRANDES CENTRALES HIDROELECTRICAS


Cuando aún se escuchan los ecos de la batalla librada para impedir la instalación de una mega planta de aluminio en la región de Aisén -proyecto por ahora paralizado pero que no ha sido desechado completamente- otra amenaza se cierne sobre la región. A fines de octubre, Endesa Chile -filial de la española Enersis- lanzó de manera oficial la primera etapa de su proyecto para construir cuatro centrales hidroeléctricas de embalse en los ríos Baker (el más caudaloso del país) y Pascua.
De acuerdo a los planes de la empresa, la superficie a inundar sería de casi 10.000 hectáreas pero, tal como señala Juan Pablo Orrego, ecologista y experto en la materia, la experiencia indica que los llamados impactos indirectos, producto de la construcción de caminos, traslado de material -incluyendo enormes turbinas-, cambios en el clima de las cuencas y otros, suelen tener consecuencias más significativas y afectan una zona geográfica mucho mayor que las propias represas.
Las aguas de la región de Aisén constituyen un enorme potencial energético. En la imagen, el río Baker, que Endesa pretende intervenir.

EL PROYECTO

La propuesta de Endesa parte de la base del enorme potencial hidroeléctrico de la región de Aisén que, de acuerdo a sus cálculos, supera los 8.000 MW, con la enorme ventaja de contar con un caudal permanente, con baja variabilidad estacional e interanual, lo que dotaría de una enorme estabilidad al sistema.
En concreto, el río Baker tiene la capacidad de generar 1.830 MW, mientras que el caudal del Pascua podría generar 1.570 MW, de los cuales se pretende explotar 2400 MW.
Con el anuncio oficial de octubre, la empresa da por iniciada una primera etapa del proyecto, que incluye la prospección y la realización de los estudios topográficos, geológicos, medioambientales y sociales, y culminaría con la obtención de los permisos de construcción y funcionamiento, para la cual tiene previsto como fecha límite el año 2008. En todo caso, por la complejidad de los estudios, el Estudio de Impacto Ambiental se presentaría no antes de 18 meses.
Al año siguiente se iniciaría la construcción de la primera central, Baker I, con capacidad de generar 680 MW, y que entraría en funcionamiento el 2012, inundando 2.300 hectáreas. Luego con un intervalo de dos años entre una y otra, se inaugurarían las centrales Pascua 2 (940 MW y 900 hectáreas a inundar), Pascua 1 (450 MW y 500 hectáreas a inundar) y Baker 2, que siendo la más pequeña (360 MW) inundaría más de la mitad de la presupuestado para todo el proyecto: 5.600 hectáreas. En total, 2400 MW, que serían posibles con una inversión aproximada de 2.500 millones de dólares.
Estas centrales se complementan con el tendido de más de 2000 kilómetro de líneas de transmisión -con una servidumbre de paso de 60 metros de- pues, obviamente, este caudal energético no quedaría en la región de Aisén sino que se considera necesario para abastecer el siempre creciente apetito del centro del país: la Región Metropolitana, con sus 6 millones de habitantes y su enorme parque industrial.
Esta parte del proyecto, que por ley no puede ser asumida por Endesa, estaría a cargo de Transelec (propiedad de la canadiense Hydro Québec), y demandaría una inversión de US$1.500 millones de dólares.
Esta es la localización que Endesa propone para sus cuatro megarepresas.

LA DEFENSA DE LA EMPRESA

Igual que candidato presidencial, esta es la etapa de promesas para la empresa. De más está decir que Endesa aprendió de los altos costos -económicos y de imagen- que debió pagar durante la construcción de la represa en Ralco, y eso se nota. Hoy, además del lobby político con las autoridades de gobierno y parlamentarios, se han declarado abiertos a recibir las inquietudes de la comunidad local. Los ejecutivos han declarado, tanto a la prensa como en las presentaciones públicas del proyecto, que Endesa se compromete a desarrollar "los mejores estándares de gestión y cuidado ambiental". Además, han insistido en que no iniciarán ninguna obra hasta obtener todos los permisos requeridos.
Por lo pronto, en el área de infraestructura Endesa se comprometió a mejorar la red de caminos de la región, incluyendo un tramo de la Carretera Austral, a construir un puertos en el sector de Yungay y a mejorar y habilitar nuevos aeródromos. Además prometen mejorar escuelas, servicios de salud y las telecomunicaciones de la región.
Durante la etapa de construcción habilitarían una central de abastecimiento energético, que después quedaría para la región, aunque no han aclarado si ya se contactaron con EDEL, la empresa que distribuye la energía en la región.
Otro de los argumentos de la empresa son las infaltables cifras de inversión y empleo. Aseguran que los 4.000 millones de dólares "dinamizarían" la economía de la región, y que en el momento de peak de la construcción (alrededor del 2010-2012) emplearían a 4.000 personas. Pero se olvidan de mencionar que la inversión no es para la región sino que para construir una central que abastecerá a consumidores ubicados a 2000 kilómetros, y que una vez finalizada la construcción los obreros volverán a quedar sin trabajo, y probablemente con menos posibilidades de emplearse en actividades alternativas, hoy amenazadas precisamente por la construcción de la hidroeléctrica.
LA COMUNIDAD LOCAL Y LAS PREOCUPACIONES MEDIOAMBIENTALES

Como parte de su estrategia comunicacional -asesorada por Eugenio Tironi, quien es además director de Enersis, matriz de Endesa-, la empresa asistió durante octubre y noviembre a una serie de jornadas convocadas por organizaciones locales con apoyo del ministerio Secretario General de Gobierno. Juan Pablo Orrego, presente en varios de estos encuentros, describe el proceso que ha ocurrido a lo largo de estos dos meses: "Las organizaciones de base tenían la idea de primero informarse. Después de escuchar a los ejecutivos de la empresa, se inició un cuestionamiento, hasta llegar ahora a una oposición fundamentada. De hecho, en la reunión del 12 de noviembre, después de varios encuentros en que se escuchó a la empresa y se conoció más acerca del proyecto, se comenzó a organizar la campaña de oposición".
Aníbal Bascuñán, gerente regional de Proyectos, Estudios y Control Operativo de Endesa, en su exposición del 5 de noviembre. Entre el público se observa a Juan Pablo Orrego.
En efecto, la región de Aisén desde hace años viene pensándose a sí misma como una zona prístina, no contaminada, en la idea de potenciar su privilegiada situación natural -cada vez más escasa a nivel mundial- como base para su desarrollo. Así ha quedado plasmado en instrumentos tales como la Estrategia de Desarrollo Regional y el Plan de Ordenamiento Territorial de la Región - definido con participación tanto de autoridades como de la comunidad-, a través de los cuales se ha realizado una zonificación terrestre y del borde costero.
Paralelamente, desde CONAF Aysén y Magallanes se postula a toda la región de la Patagonia (tanto en Chile como en Argentina) como Patrimonio de la Humanidad de UNESCO. Un total de ocho millones de hectáreas desde Laguna San Rafael hasta el Parque Nacional Torres del Paine. Actualmente se está presentando la postulación, que se entregaría antes del 31 enero próximo, para tener una decisión en el año 2007.
La idea es potenciar un desarrollo ligado a una agricultura y ganadería sustentable, incluso orgánica, y sobre todo al turismo y ecoturismo, actividades que se ven amenazadas por la eventual presencia de cuatro enormes represas - entre 60 y 150 metros de altura, de acuerdo a los ejecutivos de Endesa- distribuidas en la Región.
"Hay un ecoturismo que no se ha comenzado a trabajar", señala Juan pablo Orrego, "ahora hay funcionando uno de elite, muy selectivo, pero hay un enorme potencial de un ecoturismo al alcance de todos, no sólo el de los lodge y el turismo de alto nivel. Esta obra destruiría ese potencial de una plumada".
El problema del abastecimiento energético es sin duda uno de los grandes temas del mundo contemporáneo, y la manera en que cada país o región lo resuelva marcará enormes diferencias en la calidad de vida de sus habitantes en el futuro de mediano y largo plazo. En la actualidad, el 60 por ciento de los grandes ríos del mundo están intervenidos por represas. Hoy, el país debe decidir si engrosar aún más esa cifra, u optar por el desarrollo de energías alternativas, de menor impacto ecológico y social.

Paulina Vera P.

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